domingo, 7 de abril de 2013

El Diario de Lilly: Los Cuatro Pinceles

                                                                                                                         2 de Septiembre de 2013

Querido Diario:
Ayer llegué muy tarde a casa. Ya había tenido bastante bronca en el nuevo instituto, así que no les dije la verdad a mis padres, como tenía pensado... no necesitaba más regañinas, asíque les dije que las actividades del club de arte se habían alargado. Y parecieron creérselo, menos mal.

Limpié más que en toda mi vida en aquella estúpida aula de arte. Pensaba que aquel castigo era excesivo e injusto, ya que yo no estuve peleando artísticamente tanto como aquellos tres. He de decir que me cayeron fatal desde el momento en que aquella mancha verde impactó en MI PRECIOSO TOP MORADO... No nos hemos dirigido la palabra desde entonces. Pensé que encontraría amigos en el club de arte, pero visto lo visto, empezaba a pensar que aquello sería imposible.

El día de hoy se me ha hecho largo y tedioso en clase... excepto en la clase de literatura. El señor Crowdford es un tío genial, no como los otros profesores que hay aquí. Sus clases no son para nada aburridas. Nada más entrar, nos ha hecho apartar las mesas y sentarnos en corro con las sillas. He tenido la suerte de sentarme al lado de William, que me ha sonreído nada más verme.
- Me he enterado de la que liaste ayer en el club de arte...- me susurró divertido.- ¡Qué tía más guay!
Creo que me puse un poco colorada... aunque no estaba segura de si "haberla liado" era precisamente una hazaña, aunque a William parecía que le había hecho gracia.
- No fui solo yo... de hecho ni si quiera empecé la guerra de pintura... Melissa Walter estaba metida en ella también, y Erik Trish... yo me limité a defenderme cuando una mancha de pintura aterrizó sobre mi top...- le expliqué señalando con la cabeza a Melissa y Erik, que resulta que estaban en nuestra clase, sentados lo más lejos de mí posible.
- A ver, a ver, silencio. Bueno algunos ya me conocéis, pero para los nuevos, me llamo Henri Crowdford, y soy el profesor de literatura.- dijo el profe, poniéndose en medio del círculo de sillas.- Bueno, para empezar la clase de hoy, quiero que cerréis los ojos.-
Aquello pareció extrañar a todo el mundo, pues le mirábamos como si no le hubiésemos entendido.
- ¡Vamos, chicos, no me miréis como si fuera un bicho raro! Cerrad los ojos... voy a poner una música de fondo, y todos tenéis que imaginaros algo, lo que sea que os evoque esa música, y después, si alguien se anima, salid al centro y contad lo que habéis visto.- explicó.
Aún sin entender, y con algunas risas de incredulidad, hicimos lo que el señor Crowdford nos decía.

Yo vi en mi imaginación, un precioso lago al amanecer, en cuya superficie se reflejaban todos los árboles y arbustos que había alrededor. El cielo presentaba tonalidades azuladas y violetas. El aire era fresco y el viento susurraba entre las hojas de los árboles, provocando la caída de unas cuantas sobre el lago, ondulando su lisa superficie... todo lleno de calma y serenidad.
Y así de detallado lo expliqué cuando el señor Crowdford me pidió que saliese a contar lo que había visto. Algunos se rieron, pero no me importó... siempre me ha gustado dar rienda suelta a mi imaginación. William me escuchó muy atento, como si realmente pudiera ver en su mente lo que yo describía.
-No sé por qué os hace tanta gracia.- dijo el profesor.- La señorita Keren a descrito a la perfección lo que ha sentido cuando ha escuchado esta magnífica canción de Enya... y eso era precisamente lo que yo pretendía. Describir es una parte muy importante en la literatura universal. Si pensabais que en este curso sólo estudiaríais a aburridos autores a lo largo de la historia, estáis muy equivocados. He venido aquí a enseñaros que los libros pueden ser algo divertido y entretenido y que escribir puede ser la aventura más emocionante.- añadió, y todos se callaron. - Muchas gracias, Lilly, puedes sentarte.- me dijo.
- Veamos, mi siguiente víctima será...- dijo el profe en broma, pero sonó la campana que anunciaba el recreo y algunos respiraron aliviados.- Pues fuera quien fuese se ha salvado... para mañana quiero que todos escribáis en un folio lo que habéis visualizado para entregármelo, os aviso que tendrá nota... buen recreo.- nos deseó mientras todos salían en tropel hacia el recreo.

Yo iba sola por el pasillo, cuando noté que alguien me ponía la mano en el hombro y me di la vuelta.
- Hola, Lilly.- dijo una voz femenina.
Era una chica de la clase: Claire Crook.
- Hola...- le dije yo.
- Verás, te vi ayer sola en el recreo y pensé que debería ir a saludarte, pero al final se me cruzaron los cables y me olvidé. Me llamo Claire y bueno, solo quería decirte que si necesitas amigos, mi pandilla está abierta para ti.-
- Pues muchas gracias, la verdad es que me iría bien conocer a más gente.- le dije con una sonrisa.
- Genial, pues entonces, ¿te vienes conmigo? Mis amigos suelen estar en la cafetería, nos reuniremos allí con ellos, ¿qué te parece?-
Yo asentí. Claire me agarró del brazo y prácticamente me arrastró hasta allí.
Al llegar, vi que los amigos de Claire eran lo que se suele llamar "los populares del instituto".
- Chicos, esta es Lilly Keren, es nueva y está en mi clase... estos son Albert, Danny, Tessa, Kate, Melany...- empezó a presentarnos, pero una de ellas, la que parecía ser Melany (una tía rubia y esquelética), me miró con cara de asco y se levantó de la silla.
- ¿Y desde cuándo aceptamos a nuevos en la pandilla?- le preguntó a Claire, ignorándome.
- Yo, bueno... pensé que no os importaría... .- empezó Claire, como si la temiera.
- Ese es tu problema, Claire, no se te da bien pensar...-
- Eh, eh. Claire solo quería ayudarme, pero si tu tinte de Barbie Malibú te impide fingir al menos que eres simpática y que te caigo bien, entonces me voy. No necesito amigos así, estoy mejor sola.- solté. Hasta yo misma me quedé pasmada por lo que dije... ¿de dónde habría sacado aquel coraje para enfrentarme así a esa pija asquerosa?
- Mejor, así no tendré que demostrarte mis asombrosas dotes teatrales.- me soltó.
-Eh, ¿hay algún problema, Lilly?- preguntó una voz a mi espalda... ¡Era William!
De pronto, Melany pareció ponerse muy nerviosa, porque fingió una sonrisita y dijo.
- ¡No, ninguno Will!- ¿Will? ¿qué son esas confianzas?- Solo, haciendo una nueva amiga.- dijo tirando de mí y abrazándome con una mal fingida sonrisa.- ¿Ves? Best Friends Forever!- exclamó.
Will pareció que no se lo creyó demasiado y al rato se fue.
Yo me deshice de esa asquerosa y me fui de allí sin tan siquiera despedirme de Claire, estaba terriblemente molesta.

Cuando acabaron las clases, tuve que dirigirme de nuevo al aula de castigo. Cuando llegué, Erik, Mike y Melissa ya estaban allí, cada uno en una esquina de la clase, ni siquiera entre ellos se hablaban.
- Buenas tardes, Lanza-témperas.- dije en broma. - Debéis de estar orgullosos de haber hecho que los otros miembros se borrasen del club...-
- ¡Oh, cállate, Keren! Tú estás tan metida en esto como nosotros.-me soltó Melissa, muy molesta.
- No, fuisteis vosotros quien me metisteis en todo esto al manchar mi top favorito, ¿sabéis? ¡La mancha no sale con nada!-
- Deja de quejarte sobre la hiper mancha en tu super mega cool top, no nos importa, y por si no lo has notado, o sea, no nos hablamos ni te hablamos, te lo juro por Snoopy.- saltó Mike, poniendo voz de pijo.
- ¡Esto ya es el colmo!- exclamé yo con exasperación, sentándome en la esquina restante. Pensaba que diciendo aquello, rompería el hielo y podría tratar de acabar con la tensión que había entre mis compañeros del club de arte.
Estuvimos lo que a mí me pareció una hora en silencio... esta situación debía cambiar. No quería estar así de incómoda los días que me tocase ir al club de arte, porque ya no había más miembros, solo nosotros cuatro. Vi que Melissa estaba ensimismada dibujando en un cuaderno. Estaba tan metida en lo que estaba haciendo, que no se dio cuenta de que me acerqué a ella, y me senté en la mesa de delante.
- Bonito dibujo, ¿vas a clases?- le pregunté.
Ella se sorprendió y me miró, al principio trató de tapar el dibujo y tal vez, decir algo cortante... pero yo la sonreí, y cuando yo sonrío, poca gente se resiste :P
- Sí... desde los cinco años.-
- A mí también me gusta dibujar, aunque ya me gustaría hacerlo tan bien como tú...- le dije.
- Gracias...- dijo ella con una media sonrisa.
- No le des carrete, Melly.- le dijo Mike desde atrás.
- ¡Cállate, Butler!.- le respondió Melissa. - Al menos está haciendo algo para arreglar todo esto...-
Yo me bajé de la silla y me dirigí a los otros dos.
- Vosotros sois amigos, ¿verdad?.- les pregunté.- ¿Por qué ahora no os habláis? Que a mí no me dirijáis la palabra, lo entiendo... al fin y al cabo soy la nueva pija, osea...- dije yo poniendo la misma voz que antes había puesto Mike.
- Bueno... la verdad es que yo empecé a hacer el idiota con los aerosoles de colores y manché el cuadro de Melissa... no fue mi intención. Pero, ella se enfadó muchísimo y manchó el mío. En realidad la pelea la iniciamos nosotros dos. Mike se vio envuelta en ella porque salpicamos su réplica de "el Grito" con purpurina... y el resto, bueno ya lo sabes...- me explicó Erik.
- La verdad es que los cuadros con las manchas no han quedado tan mal... me he pasado antes por el club y los he visto... tal vez podamos crear una obra colectiva uniéndolas... pero lo que no tiene sentido es que teniendo algo en común tan bonito como la pintura, no sepamos llevarnos bien. Os propongo una tregua: que hagamos un enorme collage con todo lo que nos gusta cuando acabemos el castigo. Sinceramente, me caéis bien ahora que he podido hablar más tranquilamente...-
Pareció que la idea les gustó, porque todos sonrieron, hasta Mike.
Al final del castigo, nos habíamos sentado los cuatro juntos, y hasta acabamos riéndonos de todo lo que había pasado.
- Bueno... ahora el club se reduce a solo nosotros cuatro... no creo que los otros vuelvan, y con la fama de "perturbadores" que nos hemos ganado, dudo que se una alguien más...- dijo Erik.- Tal vez deberíamos cambiar el nombre del grupo, algo que nos identificase a los cuatro...- propuso.
Nos pusimos a pensar en nombres.
- ¡Los Meninos!- gritó Melissa, y nosotros nos reímos.
A ése, se sucedieron una serie de disparatados nombres artísticos, hasta que a mí se me encendió la bombillita:
- ¡Ya está! ¡Lo tengo! ¿Qué os parece... Los Cuatro Pinceles?.- sugerí.
Todos parecieron conformes.
Por fin había logrado hacer amigos, y la verdad es que no me arrepiento nada de que mi top se haya estropeado si así pude conocerles. :)






1 comentario: